martes, 21 de junio de 2011

"Palabra de mujer" - Informe especial del BPBF


“Las mujeres tenemos una palabra más fuerte. Si nos comprometemos respondemos porque tenemos valor para salir adelante. Somos arriesgadas, nunca decimos que no podemos. No nos estancamos, salimos a rebuscarnos la vida. Emprendemos y nos sostenemos en el compromiso de no abandonar el proyecto”, relató Mabel Ramírez, integrante desde la primera hora en el Banco Popular de la Buena Fe en Paraná. El “banquito”, como comúnmente se llama a la entidad que apareció entre 2003 y 2004 en la capital entrerriana, está conformado por más de 33 grupos en toda la provincia, y se sostiene con la palabra de más del 90 por ciento de sus prestatarias. “Acá, la garantía es la honestidad de cada una de nosotras, las ganas de trabajar para darle de comer a nuestros hijos, las ganas de salir adelante. Y somos leales, la mayoría de nosotras respeta el acuerdo”, agregó la mujer.

Por N.B., de ANALISIS DIGITAL
El Banco Popular de la Buena Fe, nació en Argentina en el año 2003. La idea fue tomada del economista Muhammad Yunnus, quien llevó adelante la primera experiencia en Bangladesh. Mundialmente es conocido como “el Banco de los Pobres”.

En nuestro país, “el modelo fue implementado por una organización de La Plata. En un Congreso de Mujeres alguien expuso la primera experiencia y las voces corrieron hasta el Ministerio de Desarrollo Social que comenzó a efectuarla”, contó a este medio el presidente de la Asociación Formar y referente provincial del “banquito” en Entre Ríos, Carlos Ramos.

Es decir, el Banco Popular de la Buena Fe se conforma a partir de una organización provincial o regional que nuclea a entidades locales donde están integrados todos los grupos de personas que sostienen el “banquito”. Ramos explicó que en la provincia, la cartera nacional hizo un convenio con la Asociación Formar, que integra, capacita, acompaña y evalúa a todos los grupos locales. “Las asociaciones son sin fines de lucro. Por ejemplo, hay bomberos voluntarios, centros de jubilados, centros vecinales donde funciona el Banco integrado por grupos de no más de cinco personas”, indicó el referente provincial.

“El proyecto tiene como objetivo generar autoempleo en los sectores más excluidos a través del microcrédito. Así, se trabaja con aquellos que tienen menos posibilidades de acceder al circuito económico. Y con esto no me refiero solamente a los más empobrecidos, sino también a aquellos que no tienen capacidad de ahorro. Entonces, lo que hacemos es financiar a pequeños emprendimientos”, manifestó.

Para tomar un empréstito es necesario tener un proyecto comercial, productivo o de servicio. La idea inicial puede no ser rentable, pero con el asesoramiento de los promotores se rediseña el plan inicial, se hace un estudio simple de marketing que ayuda a conocer el tipo de inversión y cómo llevarla adelante. Pero el factor ineludible para alcanzar el crédito es el compromiso de pago a través de la palabra. A los emprendedores no se les pide más garantía ni garante que su promesa verbal de abono.

“Actualmente, un primer préstamo puede llegar hasta los 750 pesos. Se devuelve en cuotas semanales, y se cancela en un plazo máximo de seis meses”, señaló. No obstante, destacó que “el proyecto no sólo se termina en el crédito”, sino que también significa un acompañamiento constante a los emprendedores. “Nos vamos reuniendo todas las semanas y nos cuentan como les va en el negocio, qué dificultades tienen, si pudieron comprar los insumos, si pueden colocar el producto. En grupo exponemos de qué manera nos organizaremos para salir adelante. Ahí está la clave del Banco, no solamente la plata, sino en el seguimiento”, enfatizó.

“Después de la primera prestación, llega la segunda que ronda entre los 1.500 ó 2.000 pesos. El crédito más alto está entre los 4.000 ó 5.000 pesos. Los emprendedores van aumentando los montos invertidos a su negocio. Hemos tenido algunos casos en los que la gente dejó de trabajar en relación de dependencia para dedicarse a su proyecto exclusivamente”, afirmó.

Asimismo, apuntó que las tareas que desarrollan “no se visibilizan en los circuitos comunes de las localidades”, pero que en todo el territorio entrerriano “hay más de 5.500 créditos entregados”. Eso significa “más de 4,5 millones de pesos, y este número va cambiando a diario”, subrayó.

“Los primeros años la entrega fue muy pequeña porque recién empezábamos. Todavía estaban los bonos federales, fue difícil, hubo ciudades en que fracasó. Pero finalmente, el proyecto terminó funcionando porque la gente devolvía el dinero. En Entre Ríos pasamos de dos banquitos a tener actualmente 33 ó 34”, aseguró. “Y así en todos lados”, remató.

Mujeres y palabras
“Yo hablo de emprendedores y prestatarios, pero en realidad debería decir emprendedoras y prestatarias”, se retractó el dirigente. “La mayoría de los grupos está conformado por un 90 por ciento de mujeres y hasta me arriesgaría a decir que es un 95 por ciento”, resaltó Ramos.

El dato fue confirmado en el centro vecinal del barrio Los Gobernadores de Paraná. Este lunes, pasadas las 18, en el edificio comunal del vecindario se abrieron las puertas y se encendieron las luces. Desde la calle comenzó a oírse un cotorreo que se hizo cada vez más intenso. Eran más de 28 mujeres que no paraban de parlotear y reían a carcajadas; entre ellas, dos hombres callados.

Estaban ubicadas en círculo, y una en el centro tenía una bolsa llena de piedritas. La ronda comenzó por Isabel que confesó: “Yo nunca supe planchar, odio la plancha”. Entonces recayó la primera piedra en sus manos. Hubo algunas que se sumaron a la confesión de Isabel y también fueron marcadas. El juego transcurrió y se vació la bolsita recibiendo cada mujer una piedra por oficio o tarea que no supiera desempeñar. Hubo algunas que quedaron con las manos vacías, hubo otras que tenían las palmas cargadas de piedritas.

Este lunes no hubo perdedoras. Aquellas que no sumaron tareas sin aprender, ganaron por saber, y aquellas que vociferaron no conocer, ganaron por decir la verdad.

De eso se trata, de decir la verdad. “La confianza se otorga a través de la palabra. Nosotros estamos seguros de que ellas van a responder. Y así es, la mayoría, religiosamente paga su cuota semanal”, dijo Ramos.

Sin embargo, recordó que en algunas ocasiones ha habido prestatarias que no cumplieron. “La garantía solidaria significa que si uno no paga, los otros responden por él. Pero en realidad, la mayoría cumple porque ayudamos al emprendedor a que le vaya bien y pueda pagar su crédito”, añadió.

Además, recalcó: “Las mujeres son los pilares, las que salen adelante en toda crisis, las que ponen el pecho y luchan. El ingreso que entra por la mujer al núcleo familiar, siempre repercute directamente en los hijos, en una mayor calidad de vida para ellos. Entonces, desde la organización siempre buscamos que sean ellas las que tomen la posta. Y como si fuera poco, son propensas a trabajar en grupo”.

También, el referente provincial aseguró que “el ‘banquito’ tiene una metodología de trabajo que significa involucrar la vida de cada uno. Que los integrantes puedan compartir qué ha pasado cada uno, y por qué están donde están”.

Historias

Norma Meier llegó al Banco de la Buena Fe a través de una sobrina. “Me enteré por un familiar. Vine, me gustó la idea y saqué mi primer préstamo de 500 pesos. Muy poca plata, pero que me alcanzó para comprar un poquito de mercadería de kiosco, golosinas, pan y bebidas. Además, tenía 200 pesos guardados con los que compré un estante. Así arranqué mi propio negocio”, narró a este sitio.

“Pasaron los seis meses, terminé de pagar el primer crédito y el negocio funcionaba. Entonces llegó la etapa del recrédito, es decir que fue la segunda vez que pedí. El grupo que había comenzado con cinco personas ya no era el mismo. Después de los primeros seis meses quedamos cuatro”, lamentó.

No obstante, rememoró que “lo bueno fue que ya podíamos sacar 800 pesos”. Y con ese segundo empréstito se compró la balanza. También llegó un tercero: “Ahí me compré la cortadora de fiambres”. Y un cuatro: “Ese fue el momento del freezer”.

El tiempo pasó, vino el quinto préstamo, el sexto. Ahora, Norma va por el décimo primero. Su local tiene un mostrador y más estantes. “Está bien equipado y surtido”, aseveró. “Tengo lácteos, bebidas, artículos de perfumería, de limpieza, fiambres. Vendo de todo”, completó.

Por otro lado, Mabel Ramírez también compartió su historia. Contó que se acercó a banquito en 2005 con la idea de hacer souvenirs para vender. “Empecé con los suovenirs de porcelana fría y yeso, me fue bien, pagué el primer préstamos y pedí más. Con el tiempo fui armando un local, incorporé una regalería, y una fotocopiadora. Además, hice un curso de fotografía y filmación, y para ello me ayudaron a comprar las máquinas”, asentó a este sitio.

“Creo que pude hacer todo esto porque los chicos nos contienen, nos encaminan en las inversiones. Hay muchos que piensan que con la primera idea van a poder salir adelante. Pero en realidad no es tan fácil, tenés que escuchar lo que te aconsejan los promotores. Ellos nos proponen hacer cursos, nos ayudan a evaluar la rentabilidad del negocio y nosotras les hacemos caso”, contó.

“Las mujeres somos así. Si ponemos un kiosco no nos quedamos esperando en la casa a que le lleguen los clientes. Salimos a vender a las placitas, a las ferias. Nos rebuscamos para pagar. Y si el emprendimiento no funciona se vende otra cosa como tortas fritas o alfajores. Si hay una del grupo que no puede responder, organizamos bingos, loterías o lo que sea para juntar la plata”, aseveró al tiempo que reafirmó: “La oportunidad está las ganas de rehacer un sueño roto. Lo único que hace falta es honestidad, ganas de trabajar y compromiso”.

A los relatos de Norma y Mabel se sumó el de Isabel Torrilla. También prestataria desde el 2005, mencionó el por qué de su arribo al Banco de la Buena Fe. “Conocí el ‘banquito’ porque mi sobrina me contó. Mi marido se había quedado sin trabajo, y vine a la primera reunión. Estaba descreída, más cuando vi que los promotores eran muchachos muy jóvenes. Pero a medida que me fui involucrando me entusiasmé. Así que lo conté en mi casa, estaba contenta”, recordó.

Dijo que su proyecto inicial era una panificadora, pero con el tiempo le convino acotar el negocio y producir sólo pre pizzas y malteadas. “Con los 500 pesos iniciales compré mucha mercadería, comencé a trabajar y al mismo tiempo pude ampliar el stock. Al principio hacía alfajorcitos, pan dulce. Pero después, la demanda hizo que me dedique más a estos dos productos”, puntualizó.

Por otro lado, manifestó que “a veces los proyectos fallan porque algunas compañeras no saben pedir ayuda, no hablan. Pero en realidad este lugar es para compartir, para que seamos nosotras mismas con nuestros proyectos”.

Isabel concluyó asegurando que “así tenga que asistir con un bastón de vieja”, nunca dejará de frecuentar el ‘banquito’.

Rompiendo esquemas
“Que la garantía sea la palabra rompe con un esquema que está marcado por el modelo económico. Como sociedad debemos ponernos a analizar que quien es proclive de tomar un préstamo común, es un sujeto de derecho con mucho patrimonio, con ingresos elevados y comprobables. Entonces, una persona que no tiene trabajo y está en el mercado informal es excluida social y económicamente. Esta propuesta busca romper con ese esquema”, certificó Ramos.

Asimismo, dijo que el interés anual que se aplica a los préstamos es de un seis por ciento en sobresaltos. “Es la forma más baja de calcular el interés y de que los emprendedores puedan pagar. Lo que recaudamos es para aportar fondos para otros gastos. Y como la idea no es lucrar con los intereses, mantenemos ese porcentaje”, agregó.

El dirigente provincial sentó que el Banco de la Buena Fe “trabaja en una parte geográfica reducida porque la idea es que los emprendedores puedan llegar caminando al centro de reunión”. Y alegó que el objetivo es que en cada prestatario resurja el oficio familiar que con las generaciones “se va perdiendo, pero que puede ser una fuente de trabajo dormida”.

Ínforme completo en http://www.analisisdigital.com.ar/noticias.php?ed=1&di=0&no=148221

jueves, 9 de junio de 2011

Apoyo escolar en Poriajhú


Apoyo Escolar en el "Hormiguero Poriajhú", un espacio cultural que comienza leyendo un cuento del Libro de los Abrazos de Galeano.

www.fmporiajhu.org.ar

El Banco de la Buena Fe ha otorgado más de 5.500 microcréditos en Entre Ríos


Diferentes emprendedores de la provincia han recibido créditos por 4,5 millones de pesos. Esta iniciativa de la asociación Formar se complementa con el plan Formar Vivienda Digna que se lleva adelante con aportes del gobierno entrerriano.

La organización no gubernamental Formar, a través del programa Banco Popular de la Buena Fe ha entregado en Entre Ríos más de 5.500 créditos para organizaciones o emprendedores por 4,5 millones de pesos. Esta iniciativa se complementa con el plan Formar Vivienda Digna que se lleva adelante con aportes del gobierno entrerriano.

La dirigente de la entidad, María Laura Stratta explicó que “nosotros trabajamos desde Formar en el programa que se llama Banco Popular de la Buena Fe. Lo que hace es acercar la herramienta del microcrédito a aquellas personas que no llegan al sistema financiero tradicional, tienen saberes, habilidades, capacidad de trabajo, sueños y demuestran que la palabra vale y mucho”.

Además, detalló que “en la provincia, la asociación civil Formar, tiene 14 bancos localizados en diferentes localidades de la costa del Paraná. Hemos entregado un total de 5.500 créditos, por un monto de 4.500.000 pesos”.

Al ser consultada sobre los montos de los créditos, explicó que “estamos hablando de un monto para organizaciones o emprendedores. Por ahí el primer crédito es de 750 pesos, el segundo de 1500 pesos, el tercero es de 3 mil pesos y hay emprendedores que han llegado a sacar 5.000 pesos y devolviéndolos en seis meses. Todo esto con una base muy fuerte que es la solidaridad, la participación popular, la educación popular”.

Por otra parte, respecto de los objetivos del Banco de la Buena Fe, manifestó que “yo creo que lo que el Banco tiene es que es una herramienta de transformación social”. “Lo que busca no es únicamente la promoción económica de la persona, sino la promoción de la persona en todas sus dimensiones”, agregó.

Vivienda digna

“Nosotros a través del Banco Popular de Buena Fe formamos lo que se llama la Red de Bancos Populares de Buena Fe de Entre Ríos. Fuimos a contarle nuestra experiencia al gobernador de la provincia y fuimos a contarle también que estábamos haciendo una experiencia piloto en Paraná que se llamaba Formar Vivienda Digna. Le comentamos que estábamos haciéndolo con aportes que hacíamos nosotros a la organización”.

Continuó diciendo que “el gobernador se entusiasmó con la propuesta y nos pidió que le presentáramos el proyecto. En noviembre de 2010 nos entregó 600 mil pesos para poder desarrollar viviendas dignas en toda la provincia y fue a partir de ahí que lo empezamos a llevar desde Paraná a toda la provincia”.

Más adelante comentó que “el Banco popular lo único que nos permitía era financiar proyectos de trabajo, pero siempre nos quedaba el tema de la vivienda. La gente nos hablaba de que su sueño era tener una vivienda más digna. A partir de ese dinero que el gobernador nos giró pudimos llegar a toda la provincia. Hoy estas cuestiones tan cotidianas, tan concretas son palpables gracias a ese dinero que llega a través de las organizaciones sociales”.

Sobre la necesidad de la gente de acceder a una vivienda digna, “una vez una señora en Nogoyá me dijo que los grandes sueños se construyen con pequeños pasos, y para mi fue bastante fuerte ese concepto. El hecho de que la gente pueda tener un techo, mosaicos, azulejos en su cocina, un baño, que no tenga los cables sueltos, eso es dignidad, hace a la dignidad”.

Agregó que “creo que el gobernador vio que las organizaciones sociales estamos cerca de la gente. Venimos al lado desde el trabajo cotidiano concreto. Aportó esos montos y apostó a nosotros. Para nosotros es un orgullo muy grande”, finalizó.

Al ser consultada sobre la puntualidad en los pagos de las cuotas de los créditos, comentó que “tenemos un índice de devolución impresionante, del 90 por ciento. Esto es un sistema solidario que funciona que a los que se les presta, devuelven para que se les siga prestando. Cuando la gente no puede pagar se hacen rifas, ferias, bingos para ayudar a esa persona que no puede pagar esa cuota. Son experiencias que son dignas de ser contadas”.

Poriajhú Asociación Civil - www.fmporiajhu.org.ar

La candidata a Intendente por el Frente Progresista Civico y Social de la ciudad de Rosario compartió sus opiniones sobre la situaciòn actual del Socialismo y las decisiones que se tomarán de cara a las próximas elecciones.

FM Poriajhú - Una Radio Para Otro Mundo: Monica Fein en El Hormiguero

El Banco Popular de la Buena Fe como herramienta de transformacion social

María Laura Stratta es una joven comunicadora social de la ciudad de Victoria. Siguiendo los pasos de su padre, Juan Carlos Stratta, comenzó, en el año 2003, a formar parte del Banco Popular de la Buena Fe de Entre Ríos. Actualmente y desde hace varios años, integra la Asociación Civil Formar y es una de las referentes del Banco Popular de la Buena Fe en Entre Ríos.
Laura asegura que “cuando me preguntan que es el Banco Popular de la Buena Fe, además de contarles lo que todos conocemos, les contesto que es una herramienta de transformación social, una forma de hacer política que nos acerca a nuestros semejantes, que nos permite formar parte de un proceso cuyo objetivo central no es la promoción económica de las personas, sino la construcción de un sujeto pleno de derechos, de un ciudadano que puede comenzar a soñar.
Mi vida entera estuvo atravesada por la política y tuve que sufrir demasiado porque muchas veces fue bastardeada y vapuleada, no sólo por quienes la criticaban sino también por los que mal la entendían. Mi papá, Juan Carlos Stratta, fue quien me enseñó que la política es una herramienta maravillosa de la razón humana, que debe ser comprendida como el arte de lo posible, de transformar lo que ayer era inviable y hoy resulta factible.”

- Cómo fueron tus primeros pasos?
-Fue también mi viejo quien me invitó a participar y me transmitió el amor por el banquito y que supo ver la verdadera proyección que tenía, allá por el año 2002. No le gustaba llamarlo el banco de los pobres, porque consideraba que pobre no era al que le faltaban recursos materiales, sino el pobre de espíritu. En Entre Ríos, al banquito lo bautizaron como el Banco del Pueblo y estoy segura que él tuvo mucho que ver con esa decisión. Hay que recordar que Entre Ríos estuvo entre las primeras provincias que se animó, cuando en el país no había cultura de microcrédito.

- Se debate sobre política al interior del banquito?
-Era muy difícil ver el banquito proyectado en el tiempo y lo supieron ver quienes provenían de la militancia política, quienes habían visto desde sus comienzos la dimensión política de este proyecto que es nacional y que es popular, y que hoy extiende por toda la Argentina.
Quizás haya que vencer algunos obstáculos que tienen que ver con el imaginario que hay no sólo en algunas organizaciones sociales sino en gran parte de la ciudadanía sobre lo que significa la política. Pero es un debate que ya comenzamos a dar, convencidos que el silencio, el miedo y la ignorancia destruyen y paralizan, son un arma que los poderosos han usado en contra del pueblo.
Hay que tener en cuenta que Formar Vivienda Digna es parte de un debate político que tiene una base profunda en el escuchar al “otro” y los aportes con los que llegamos a toda la provincia son una decisión política del gobernador Sergio Urribarri.

- Cuál es tu mensaje sobre la política y el banquito?
-A quienes formamos parte de este proyecto, más allá de las diferencias, nos une una clara vocación de hacer política. De esa política que es capaz de transformar la realidad que duele, de acercar el microcrédito a la gente, de organizarnos porque “la organización vence al tiempo”, de hablar de garantía solidaria, de reconstruir lazos de hermandad, de pensarnos parte de un país que necesita de todos y no de unos pocos que sólo son capaces de mirarse su propio ombligo.
Hasta acá hemos llegado y es mucho el camino que nos queda por transitar. Estoy convencida que hay que unir nuestro trabajo militante, nuestro esfuerzo diario, nuestro compromiso para hacer de la política, que es un concepto en permanente construcción, un lugar que nos encuentre trabajando para hacer posible una sociedad más justa, libre y soberana.

Nuestra compañera acaba se ser convocada para formar parte de la Lista de diputados provinciales por el FPV de Entre Ríos, junto a Leticia Angerosa, Militante de la Fundación INKA de Gualeguaychú que forma parte de nuestra Red.